Cuando llego, con nosotros mi niña no hablaba, se expresaba muy bien con mímica pero no con palabras, después de seis meses empezó a hablar, gracias Dios.
Durante el proceso nos advirtieron que podría haber un retraso en ciertos aspectos, en este caso fue el lenguaje, pero afortunadamente, la atendimos con una terapeuta de lenguaje y salió adelante.
Durante el primer año de su llegada mi niña se caracterizo por hacer berrinches cuando no lograba obtener lo que deseaba, los cuales han ido disminuyendo ha medida que su lenguaje se desarrollo.
Cuando realmente quiere lograr algo se vuelve muy cariñosa con aquel o aquella que quiere convencer.
Nuestro crecimiento cómo padres ha sido asombroso y ha ido de la mano con su estabilidad emocional, nos ha ayudado enormemente estar en diferentes ministerios entre ellos un taller de formación para padres, la oración en familia, nos ha dado tanta tranquilidad, gracias a Dios.
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