Cuando mi niña me abraza, me besa, me mira a los ojos, me dice mamá de verdad siento que Dios esta conmigo. Siento tu presencia Mi Señor siento tu amor.... gracias!
Me siento plena, feliz cuando ella sonríe, cuando ella es feliz!! Por supuesto haciendo cosas propias de su edad, con sus respectivos límites.
Es un sentimiento maravilloso que jamás me imagine podría existir. Una de las cosas que más me gusta de mi niña es su gran capacidad para dar y recibir amor!
Es muy inteligente, e independiente, también es competitiva, en ocasiones cuando no quiere abrazar a sus abuelos o tíos le digo con voz retadora: Te los voy a ganar yo!! y al mismo tiempo hago como que corro en dirección a donde están ellos, e inmediatamente mi niña corre a abrazarlos.
Es un remedio infalible, aunque se que no debería ser así pero también se que sus abuelos y tíos necesitan y disfrutan tanto de esos abrazos y me encanta que así sea.
También se que poco a poco esas demostraciones de cariño serán más espontaneas y naturales, así como habrá ocasiones que que como todos los niños no estará de humor.
Mientras tanto solo quiero disfrutar de esos momentos mágicos!
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